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Belgrado aguarda la renovación urbana de sus orillas
fluviales con espectaculares propuestas.
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Durante siglos, Belgrado fue una
ciudad fronteriza
porque los dos ríos que la acompañan, el Sava
y el Danubio ejercían de límites
políticos. Estos dos grandes cauces fluviales separaron, por ejemplo, el
Imperio Romano de los pueblos “bárbaros” o el Imperio Otomano del
Austro-húngaro. Por esta razón, hasta
casi el siglo XX, los ríos de Belgrado eran como “mares” con una sola orilla,
y por la misma causa tampoco estaban cruzados por puentes (el más antiguo es el
ferroviario tendido a finales del XIX sobre el Sava).
Esta
situación ha cambiado. La reestructuración territorial europea tras la Primera
Guerra Mundial, que terminó con la situación de frontera de Belgrado, o la
necesidad de extensión urbana provocada por las migraciones recibidas,
obligaron a bascular la ciudad hacia las riberas opuestas. La relación de la ciudad con sus ríos es hoy muy distinta. Las
orillas tradicionales de Belgrado, (las riberas derechas del Sava y del Danubio) buscan una nueva formalización. Una sucesión de espectaculares proyectos pretenden crear un nuevo “waterfront” para esas dos orillas
continuas. Renombrados arquitectos como Zaha Hadid, Daniel Libeskind, Jan
Gehl, SOM, o Sou Fujimoto, participan en la remodelación que sueña Belgrado.